Holi es el popular festival hindú de sorprendentes y coloridas imágenes de la India que, ya en el siglo XVII, llamaron poderosamente la atención de comerciantes europeos y colonizadores británicos.

Como cada año con la llegada de la primavera, millones de personas celebran en la India el festival Holi. Bailes y música se mezclan en esta tradición hindú que se ha expandido por todo el mundo, hasta lugares de Europa y de América.

Las celebraciones por el festival Holi comienzan en la India en la noche de luna llena, en el undécimo mes del calendario hindú (coincide entre finales de febrero y mediados de marzo). La primera noche se conoce como Holika Dahan, o Chhoti Holi. No es hasta el segundo día de esta larga celebración cuando se habla propiamente del Holi.

Esta celebración de la primavera tiene orígenes míticos, y existen varias leyendas que cuentan la tradición. Una de las más populares es la que hace referencia a Holika, la malvada hermana del rey Hiranyakashipu y tía del príncipe Prahlada. La moraleja de esta leyenda es que el bien siempre triunfa sobre el mal.

Otra de las leyendas alrededor del festival Holi es la que explica el uso de los polvos de colores: resulta que Krishna estaba enamorado de Radha; pero tenía celos de la piel blanca de ella. Al buscar consejo sobre el problema,  Krishna preguntó a su madre, Yashoda, cuál podría ser la solución. Ésta le contestó que podría pintar el rosto de su amada con colores oscuros. Así ambos tendrían el mismo color de piel.

El polvo de colores que se usa se conoce como gulal. Los cuatro colores básicos representan diferentes conceptos: el rojo, el amor y la fertilidad; el azul, el color de Krishna; el amarillo, el color de la cúrcuma y el verde, que simboliza la primavera y los nuevos comienzos.

El festival Holi no deja de ser una celebración de la felicidad y de libertad. Tal vez por ello, se haya popularizado desde la India a todo el mundo. Sin duda, es una de esas fiestas que, como el Oktoberfest alemán, se han convertido en universales.