¿Te imaginas apreciar hermosas playas de piedra, montañas con lagos escondidos, islas con rocas gigantes, lugares que existieron hace miles de años, todo eso en un solo lugar? Pues así fue mi recorrido por Italia en 15 días.
Por: Carolina Gómez López @caro.trips
Inicié mi viaje en la pequeña isla de Venecia, una hermosa ciudad fundada en el Siglo V y que aún conserva toda su arquitectura y estilo. Me alojé en el centro histórico para tener la oportunidad de recorrer sus canales y conocer un poco más de su historia. Es una ciudad que sin duda roba el corazón. Di un paseo en las famosas góndolas, hice un tour a pie atravesando los numerosos puentes que la conectan y comí el mejor gelato al estilo veneciano.
Los Alpes Italianos montañas para soñar
Después de una buena cena al pie del Gran Canal de Venecia, me dirigí hacia los increíbles Alpes Italianos: las Dolomitas. Esta zona en el norte de Italia que se extiende a lo largo de cinco regiones, es el lugar ideal para una escapada de un par de días. Hay mucho por hacer en esta zona como hiking en sus majestuosas montañas o dar un paseo y recorrer todo el valle en Val di Funes. También visité un pueblo tradicional y remé en el majestuoso Lago di Braies, para mí una región absolutamente cautivante.
Luego de haber pasearme por estos hermosos lugares en las Dolomitas, descansé en uno de los hoteles más increíbles de esta región y amanecí rodeada de alpacas que me acompañaron durante mi desayuno.
Una vez recargadas las energías en el hotel, seguí mi recorrido por las montañas hasta llegar al Lago de Como en la región de Lombardía. Visité Varenna, conocí la Villa Monastero y caminé por los jardines que se extienden por casi 2 kilómetros a lo largo del lago. También di un paseo por el malecón y me deleité con las pintorescas casas que caracterizan la zona. Muy cerca del malecón, tomé el ferry que luego de 20 minutos me llevó a Bellagio.
“La perla del Lago Como”
Conocido por ser el lugar de descanso de antiguos Monarcas de la región Lombardía, Bellagio aún conserva sus extravagantes villas renacentistas y barrocas. Este pueblo es de calles pequeñas con lujosas tiendas de arte y joyas, restaurantes típicos y pasadizos que desembocan en la plaza frente al lago.
Milán fue mi siguiente parada en mi travesía al sur, conocí la famosa galería Vittorio Emanuel II en las que se encuentran las casas de moda más grandes del mundo como Chanel, Luis Vuitton y Dior, construida hace más de 150 años. También visité la Catedral de Milán de estilo gótico, una de las obras arquitectónicas más grandes en su tipo del mundo.
Luego llegué a Portofino, uno de los destinos más esperados en la Riviera Italiana. Es un lugar muy visitado por artistas y famosos de todo el mundo, rodeado de lujosos yates y restaurantes al lado del mar donde disfruté de la mejor gastronomía de la zona. Una visita indispensable, es el Castillo Brown, desde ahí pude apreciar las mejores vistas de Portofino. Quedarse aquí es una verdadera experiencia, porque Portofino no solo está rodeado de un mar cristalino donde nadar sino también por montañas llenas de naturaleza.
Florencia la ciudad del arte y del amor
En mi siguiente para por Florencia, visité el Galería de la Academia, en el que se encuentra una de las esculturas más famosas del mundo: el David de Michelangelo. En Florencia hay mucho por conocer, al salir del museo me dirigí al icono más importante de la ciudad, la Catedral Santa Maria del Fiore. Esta emblemática edificación cuenta con una cúpula, que sobrepasa los edificios a su alrededor, es una de las construcciones que mejor representan la época del Renacimiento italiano.
A Florencia la llaman la ciudad del arte porque se ven artistas pintando, músicos tocando sus canciones y hasta escultores en todos sus rincones. El Ponte Vecchio es otro de los lugares emblemáticos de esta ciudad. El puente peatonal que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y hoy en día es el lugar para grandes tiendas de joyería. Unos pasos más adelante, me encontré a las famosas Bruchettes di Vino o “las ventanas de vino”, en las que, por tan solo 6 euros, compré una copa de vino. Para finalizar el día, disfruté del atardecer en la plaza Michelangelo con la vista a la ciudad, llena de música y de gente alegre.
En la región de la Toscana, también visité un viñedo y viví toda la mágica experiencia de catar vinos, conocer su proceso de producción y por supuesto finalicé el día con un almuerzo acompañado de los mejores quesos y comida tradicional italiana. Así mismo, en los diferentes pueblos de la zona, se encuentran las fincas de alojamiento, conocidas como “agriturismo”. Aquí se ofrecen lindas vistas, un ambiente tranquilo y de descanso, además de tener la posibilidad de compartir una comida hecha por locales.
Después, me levanté y vi el amanecer en las Termas de Saturnia, ubicado en Manciano, unas piscinas de aguas termales de color turquesa muy relajantes.
Roma, la cuna de la historia del imperio romano.
La lista de lugares por visitar en Roma es muy larga. Aproveché mi tiempo y me paseé por los espacios más emblemáticos de la ciudad como: el Coliseo Romano, la Fontana di Trevi, el Vaticano, el Pateón, entre otros. Sin embargo, además de esto, la experiencia que más disfruté fue una clase de cocina italiana. Aprendí a hacer pasta y tiramisú y compartí con personas de diferentes partes mundo. Al final comí lo que yo misma había preparado.
Ya acercándome al final de mi viaje, tomé un tren de Roma a Sorrento y de allí se puede llegar a la Costa Amalfitana en ferry o bus.
Recorrí la montaña y el acantilado que rodea la zona de Positano, caminé por las pequeñas calles hasta llegar a la playa, me tomé un Aperol Spritz en una terraza con vista increíble. Dormí en un hotel frente al mar en Praiano y probé el mejor risotto al limón de mi vida en la Trattoria di Armandino.
Uno de los planes que más disfruté fue nadar en Fiordo di Furore, una pequeña playa ubicada entre Praiano y Amalfi, caracterizada por tener un puente encima de la playa. Me despedí la costa de Amalfi para tomar un ferry que me llevó al último destino de mi viaje por Italia en 15 días.
Capri una isla es para todos
Existen muchas actividades para hacer dependiendo de los gustos, se pueden hacer compras en reconocidas y exclusivas tiendas, también hay playas de todo tipo: privadas, públicas, con piedras, planas. La geografía de la isla hace que cada playa sea particular, pues las formaciones rocosas generan paisajes imperdibles. Disfruté de una pizza en una terraza de vistas increíbles, monté en el teleférico que me llevó a Anacapri, y recorrí la pequeña ciudad. Visité la famosa Grotto Azurro; una cueva pequeña que, gracias al reflejo del sol se puede apreciar el agua completamente azul. Capri, una isla encantadora que quedó en mi corazón.
Y así termina mi recorrido de Italia en 15 días… Un país de gente alegre, de comida deliciosa, de historia, playas sorprendentes y vistas que cortan la respiración.
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