¿Quién diría que una hojita de té que cayó por casualidad en la taza de un emperador chino hace más de 5.000 años, sería hoy una popular infusión? De hecho es la bebida que más se consume en el mundo, después del agua.

Su carácter social comenzó en las ceremonias de la antigua China y Japón. En nuestros días se ha popularizado tanto como para ser el tema central de distinguidos eventos sociales.

Estudios científicos han comprobado el vínculo del consumo de esta agradable infusión con la prevención de la obesidad, el cáncer y las enfermedades coronarias. Al igual que su contribución al fortalecimiento del sistema óseo y al control de la diabetes.

Cada día, son más personas las que se suman a esta tendencia de consumir esta bebida, en todas sus variantes, porque hay para elegir. Cada variedad tiene efectos beneficiosos en la salud.

 Más específicamente, su alta concentración de antioxidantes (polifenoles, catequinas y flavonoides) es lo que hace de esta hierba un eficaz suplemento de cualquier dieta. Ya que los antioxidantes tienen la función de proteger el daño de la oxidación causado por los radicales libres.

Esto quiere decir, que nos defienden del paso del tiempo, así que no sólo benefician la salud, sino que contribuyen a mantener la belleza de la piel. Si aún no te has sumado a este favorecedor hábito, o si ya eres un apasionado de esa humeante taza de té, a continuación te presentamos las propiedades que más se destacan en cada uno de sus tipos.

Té Verde

Este tipo ha dado mucho de qué hablar en cuanto a su participación en la pérdida de peso. En consecuencia, su demanda se ha incrementado en niveles asombrosos, sobre todo en personas que quieren combatir la obesidad.

Un estudio publicado recientemente en el American Journal of Clinical Nutrition, explica que si el té verde se toma varias veces al día, se produce un incremento en el gasto de calorías, de alrededor de unas 100 diarias. Pero se debe aclarar que hay muchos productos creados con esta variedad que prometen “milagros”. Sin embargo, sus compuestos pueden estar combinados con otras plantas que crean una disfunción en el sistema digestivo y una veloz pérdida de líquido con consecuencias dañinas a largo plazo.

Té Negro

Es muy popular, tiene un alto contenido de cafeína y es la base de los tés saborizados como el chai y algunos tés instantáneos. Su consumo puede proteger el daño en los pulmones expuestos al humo del cigarrillo, lo cual también reduce el riesgo de sufrir un derrame cerebral.

Té Blanco

Es un té sin curar ni fermentar, y se dice que tiene las propiedades anticancerígenas más potentes comparado con los tés más procesados. Era casi desconocido hasta hace poco, su demanda ha tenido un aumento muy veloz, por su sabor dulce y delicado. Los estudios indican que las propiedades naturales de esta variedad fortalecen el sistema inmunológico, previenen la acumulación de la placa dental, protegen el colon y ayudan a evitar el daño celular de la piel.

Té Oolong

También llamado té azul, porque al estar entre el té verde y el negro, en cuanto a oxidación, adquiere un tono azulado. Se conoce que en la cultura oriental es muy apreciado para conservar la figura. Asimismo, es un tipo de té muy apreciado por la suavidad y delicadeza de su sabor.

Té Rojo

Se conoce también como Pu Erh o el té de los emperadores, por sus muchas propiedades. Es uno de los preferidos entre los apasionados de esta bebida. Tiene efectos adelgazantes y entre sus beneficios principales está su papel en el sistema gastrointestinal y el funcionamiento hepático. Ayuda a reducir el colesterol y los triglicéridos, por sus acciones antigrasas y digestivas. Además, tiene poderes eufóricos muy ligeros, ideales para levantar el ánimo y mejorar el humor. Tiene propiedades inmunológicas y previene infecciones.

Té Amarillo

Se elabora con un corto proceso de fermentación, por lo que posee una suave coloración, al igual que un exquisito olor y una gran suavidad. El té amarillo ayuda a evitar la retención de líquidos, tiene el efecto antioxidante ya conocido. También, mejora el sistema digestivo, contribuye en la pérdida de peso, evita las caries dentales y se le asocia con una mejoría de la visión, al igual que influye en la concentración.

Datos para recordar:

• El té actúa mucho mejor cuando se prepara directamente de la hoja entera, en vez de las trituradas que vienen en las bolsitas.
• Todos los tés tienen diferente concentración de aninas y cafeínas que pueden aumentar la lucidez mental.
• El agua ideal para prepararlo es el agua embotellada o filtrada, que no contiene químicos ni cloro, los cuales afectan el sabor original.
• Para cada taza, deben usarse 6 onzas de agua, que es la medida perfecta para que el té tenga el máximo sabor.
• Debe almacenarse según las instrucciones del empaquetado, para no afectar su frescura y sabor.

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